Nada distinto a lo que ya hicieron ejemplos clásicos como Goya y Daumier, o en su época Grosz y Nonell, o como lo han hecho nuestros contemporáneos Cesc, Perich, El Roto, o como lo manifiesta el consagrado arte urbano de Banksy. Todos aquellos quienes utilizando las formas derivadas del humor (sátira, comedia, chiste, ironía…) evidencian y, en cierto sentido, denuncian las absurdidades, las estupideces, las injusticias, las indignidades, las contrariedades… en definitiva: la ignorancia; componente que todos tenemos, pero que unos la combaten con inteligencia y otros la dejan actuar a sus anchas. Cuando inicialmente me propuse, tentativamente, crear las primeras imágenes, fue con la voluntad crítica de destacar aspectos de la realidad, aspectos sociales de la realidad, que me causaron malestar (aún siguen causándomelo). Siendo la sociedad la colectividad que crea y resuelve sus propias dificultades, mi interés se fue enfocando en mostrarlas agrupadas como imágenes de la colectividad, ya que son la representación de temas que no son ajenos a nadie, o no deberían serlo. Temas como la pobreza, el desempleo, la dependencia tecnológica, el maltrato animal, el abuso de poder, etc…, etc… Temas perennes que he ido tratando y plasmando paulatinamente desde entonces y que constituyen esta serie de ilustraciones expuestas, con las cuales expreso mi inquietud y perplejidad personales en relación a las problemáticas contemporáneas, y a través de las cuales quiero motivar la reflexión sobre las complejidades sociales y plantear al respecto un diálogo desahogado, con un añadido satírico. Una exposición que es una apuesta por la inteligencia, por la mirada crítica, por la reflexión desacomplejada, por un pensamiento libre, democrático, y por el sentido del humor (en cualquiera de sus variantes).