César contra Lucullus es la historia de dos maneras de considerar el teatro. Un instrumento de culturización frente a una herramienta de concienciación social. Este debate, dialéctico, se vivió en la ciudad con una intensidad inusitada entre los últimos sesenta y los primeros setenta del siglo pasado. Sus protagonistas, una pandilla de jóvenes, impulsados por la inquietud cultural, social y política, entre la fase de desarrollo del franquismo y los años de agonía y decrepitud. Sus herramientas, en momentos muy diferentes, el Alpha 63, el Grupo de Teatro Popular del Casino de Santa Eulàlia y el Grupo de Acción Teatral. A caballo de todos estos experimentos, la Agrupación de Amigos de la Música, las entidades tradicionales de la ciudad y el Ayuntamiento, donde Vicenç Capdevila renovaría las propuestas de acción cultural. Los productos fetiche: Julio César, el teatro como espectáculo, y El proceso de Lucullus, el teatro como instrumento. Aquel teatro de calidad, hecho con bastantes recursos que era Julio César, espectacular, dirigido básicamente a culturizar y entretener, que permitía el lucimiento del actor y de la escena, más allá de la reflexión que imponía, era un modelo que satisfacía bastante bien las expectativas de sus defensores. Hecho por el público que quería ir al teatro. La otra, era un teatro que quería buscar un público. Era Julio César contra el Lucullus del Proceso. Era la cultura que muestra, frente a la cultura que interroga. La cultura prótesis frente a la cultura herramienta.
Lunes, 14 de marzo a las 18:30 h.
Ajuntament de L'Hospitalet