La historia de Europa es, entre otros, una historia de colonización interna. Un proceso que se extiende, al menos, desde el siglo XIV, con la formación de los primeros estados modernos y el desarrollo de la economía capitalista hasta hoy. Los cierres y la destrucción de la propiedad comunal se acompañan del aniquilamiento de la cultura campesina.
En este proceso, el Estado moderno ha integrado cualquier diferencia en el sueño de una sociedad liberal formada por una clase media universal, hecha de individuos que se piensan independientes, reunidos tan sólo por las instituciones del Estado y por el acto de consumir.
La "clasemedianización" de los barrios obreros de los años 60 y 70 como Bellvitge es un eslabón más en esta historia de colonización interna.
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